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Las mujeres tienen una participaci¨®n destacada en la ordenaci¨®n de los recursos h¨ªdricos agr¨ªcolas, ya que desempe?an un papel fundamental para la conservaci¨®n del agua y la tierra, la recogida del agua de lluvia y la gesti¨®n de las cuencas hidrogr¨¢ficas. La Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO) estima que 925 millones de personas sufren de desnutrici¨®n y que la producci¨®n de alimentos deber¨ªa aumentar en un 70% para alimentar a una poblaci¨®n de 9.000 millones de personas en 2050. De los 1.500 millones de hect¨¢reas de tierras de cultivo de todo el mundo, tan solo 277 millones son tierras de regad¨ªo, mientras que el 82% restante corresponde a tierras de secano.¹ Las mujeres desempe?an un importante papel tanto para la agricultura de regad¨ªo como para la de secano, y un mayor n¨²mero de mujeres que de hombres se dedican a la agricultura de secano, que produce dos tercios de los alimentos de la mayor¨ªa de los pa¨ªses en desarrollo.² Seg¨²n las ¨²ltimas estimaciones de la FAO,³ las mujeres representan un promedio del 43% de la mano de obra agr¨ªcola en los pa¨ªses en desarrollo; sin embargo, las pol¨ªticas sobre recursos h¨ªdricos en la agricultura contin¨²an asumiendo err¨®neamente que los agricultores son hombres, marginando as¨ª a las mujeres en la ordenaci¨®n de los recursos h¨ªdricos.

La comunidad internacional ha reconocido mayoritariamente la importancia de que los hombres y las mujeres participen en la gesti¨®n del agua, lo que incluye el agua para usos agr¨ªcolas, as¨ª como de garantizar el acceso y el control equitativo de los recursos h¨ªdricos. La Plataforma de Acci¨®n de Beijing de 1995 pidi¨® a los gobiernos que promovieran el conocimiento y la investigaci¨®n acerca del papel de las mujeres, en particular aquellas que viven en zonas rurales y las mujeres ind¨ªgenas, en el riego, la gesti¨®n de las cuencas hidrogr¨¢ficas y el saneamiento. La Declaraci¨®n Pol¨ªtica y el Programa 21 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, aprobados en R¨ªo de Janeiro en junio de 1992, destacaron el papel fundamental de las mujeres en la gesti¨®n del medio ambiente, su participaci¨®n igualitaria en la toma de decisiones relacionadas con la gesti¨®n de los recursos h¨ªdricos y la reducci¨®n de la carga de trabajo de las mujeres y las ni?as. Recientemente, el documento final de R¨ªo+20 destac¨® adem¨¢s el compromiso con una realizaci¨®n progresiva del acceso a un agua potable segura y al alcance de todos, por ser necesario para lograr la erradicaci¨®n de la pobreza, el empoderamiento de las mujeres y la protecci¨®n de la salud humana. El documento puso de relieve la necesidad de mejorar significativamente la aplicaci¨®n de la ordenaci¨®n integrada de los recursos h¨ªdricos en todos los niveles, seg¨²n proceda.

Otros procesos fundamentales de elaboraci¨®n de pol¨ªticas que han destacado la importancia de la mujer en la ordenaci¨®n de los recursos h¨ªdricos son la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua (Mar del Plata, 1977), el Decenio Internacional del Agua Potable y del Saneamiento Ambiental (1981-1990), la Conferencia Internacional de Dubl¨ªn sobre el Agua y el Medio Ambiente de 1992 y el Plan de Aplicaci¨®n de las Decisiones de Johannesburgo de 2002. La resoluci¨®n sobre el Decenio Internacional para la Acci¨®n, ¡°El agua, fuente de vida¡± (2005-2015) tambi¨¦n solicita la participaci¨®n e implicaci¨®n de las mujeres en las actividades de desarrollo relacionadas con el agua. La Convenci¨®n sobre la eliminaci¨®n de todas las formas de discriminaci¨®n contra la mujer, ratificada por 187 pa¨ªses, hac¨ªa hincapi¨¦ en el derecho de las mujeres a disfrutar de condiciones de vida adecuadas, especialmente en relaci¨®n con el abastecimiento de agua, la vivienda y el saneamiento. La Plataforma de Acci¨®n aprobada en la Conferencia Internacional sobre la Poblaci¨®n y el Desarrollo (1994) tambi¨¦n destac¨® la relaci¨®n entre la baja condici¨®n social de la mujer, la escasez de agua y la pobreza. La resoluci¨®n de la Asamblea General titulada ¡°Mejoramiento de la situaci¨®n de la mujer en las zonas rurales¡±, aprobada en noviembre de 2011, instaba a los Estados Miembros a promover el acceso al agua potable limpia y segura y al saneamiento, con el fin de mejorar la salud de las mujeres y los ni?os que viven en zonas rurales.

En general, se percibe que la desigualdad por raz¨®n de g¨¦nero en la ordenaci¨®n de los recursos h¨ªdricos agr¨ªcolas surge de la divisi¨®n de g¨¦nero de las normas laborales y de g¨¦nero en la sociedad, que adjudican numerosas responsabilidades relacionadas con el agua a la mujer, mientras que confieren la mayor¨ªa de los poderes y derechos sobre el agua a los hombres. De hecho, los estudios llevados a cabo en 45 pa¨ªses en desarrollo revelan que las mujeres y los ni?os son los principales responsables de la recogida del agua en el 76% de los hogares. En el 12% de los hogares, los ni?os o las ni?as son los responsables principales de recoger el agua y, entre los menores de 15 a?os, las ni?as tienen el doble de probabilidad de cargar con esta responsabilidad que los ni?os.⁴ Las mujeres y las ni?as pasan muchas horas acarreando agua, tanto para usos dom¨¦sticos como productivos, y este trabajo no remunerado de gesti¨®n de la escasez de agua no suele verse reconocido ni tratado de forma adecuada en las pol¨ªticas y programas. Las dificultades a las que se enfrentan las mujeres y ni?as asociadas a las actividades principales de la familia (como cultivadoras y productoras de alimentos y recolectoras de agua no remuneradas) hacen m¨¢s penoso su trabajo y las privan de las oportunidades educativas y laborales que permitir¨ªan evitar la perpetuaci¨®n de la pobreza y la falta de poder entre generaciones.

Las pol¨ªticas y procesos de gobernanza de los recursos h¨ªdricos a menudo no tienen en cuenta las m¨²ltiples necesidades h¨ªdricas de mujeres y hombres ni sus limitaciones espec¨ªficas en funci¨®n del g¨¦nero. Por ejemplo, los datos m¨¢s recientes indican que los mecanismos de asignaci¨®n del agua dan prioridad a la producci¨®n agr¨ªcola, industrial y energ¨¦tica, en detrimento de las necesidades del hogar. Las estimaciones actuales indican que el 70% del agua mundial se utiliza para la agricultura, el 20% para la industria, y solo el 10% para uso personal, si bien estas esferas est¨¢n relacionadas entre s¨ª, ya que el uso agr¨ªcola e industrial del agua tambi¨¦n afecta al uso personal y dom¨¦stico. Las pol¨ªticas macroecon¨®micas y relativas al agua tambi¨¦n tienden a considerar a los hogares como meras unidades de consumo, cuando, en realidad, las estrategias de supervivencia de las mujeres para hacer frente a la pobreza incluyen la limpieza, conservaci¨®n, almacenamiento y preparaci¨®n de los alimentos, todo lo cual requiere agua.

Mientras que, por lo general, a los hombres solo les preocupa el agua destinada a la agricultura y la ganader¨ªa, tanto mujeres como hombres utilizan el agua para fines muy diversos, como el uso dom¨¦stico, la agricultura, la salud y el saneamiento. Otros usos no agr¨ªcolas del agua incluyen la higiene personal, el cuidado de los enfermos, la limpieza, el lavado y la eliminaci¨®n de desechos. El reconocimiento de los distintos usos de los recursos h¨ªdricos locales por los diferentes grupos de hombres y mujeres en la comunidad ayudar¨ªa a incorporar con ¨¦xito las consideraciones de g¨¦nero en la ordenaci¨®n de los recursos h¨ªdricos.⁵ Resulta fundamental hallar un equilibrio entre el uso agr¨ªcola y no agr¨ªcola del agua, as¨ª como promover una ordenaci¨®n m¨¢s equitativa de los recursos h¨ªdricos y de la prestaci¨®n de servicios relacionados con el agua, que tenga m¨¢s en cuenta las cuestiones de g¨¦nero.

El acceso al riego suele estar fuertemente ligado a la propiedad de la tierra, y tiene un impacto negativo en la productividad y los ingresos de las peque?as agricultoras, en su calidad de productoras de alimentos. Los datos globales indican que las mujeres gozan de igualdad de derechos para poseer una propiedad en 115 pa¨ªses y en 93 tienen derechos de herencia igualitarios.⁶ Sin embargo, las disparidades por motivos de g¨¦nero en cuanto a la propiedad de la tierra est¨¢n presentes en todas las regiones y privan a las mujeres del acceso al agua de riego, que pertenece a las asociaciones de usuarios de agua, que a su vez disfrutan de servicios de divulgaci¨®n agr¨ªcola y del acceso al cr¨¦dito, ya que la tierra a menudo se utiliza como garant¨ªa. Por ejemplo, en las zonas rurales del ?frica Subsahariana, las mujeres son titulares de menos del 10% de los cr¨¦ditos disponibles para los peque?os productores agr¨ªcolas.⁷ A nivel mundial, solo el 5% de los servicios de divulgaci¨®n agr¨ªcola est¨¢n dirigidos a las agricultoras.⁸ Por ejemplo, el informe de la FAO titulado El estado mundial de la agricultura y la alimentaci¨®n 2010-2011 sugiere que la reducci¨®n de la brecha de g¨¦nero en el ¨¢mbito de la agricultura podr¨ªa aumentar la producci¨®n agr¨ªcola y reducir potencialmente el n¨²mero de personas subnutridas hasta en 100 millones a 150 de personas.

En gran medida, las mujeres siguen quedando excluidas de los procesos de toma de decisiones en el ¨¢mbito de la ordenaci¨®n de los recursos h¨ªdricos. En 2012, las mujeres ocuparon menos del 6% de los puestos ministeriales en el ¨¢mbito del medio ambiente, los recursos naturales y la energ¨ªa. Las decisiones sobre el reparto, la asignaci¨®n y la distribuci¨®n del agua entre los distintos usuarios y regiones a menudo se toman en niveles superiores, donde las consideraciones econ¨®micas y pol¨ªticas desempe?an un papel importante. Las pol¨ªticas relativas al agua basadas en perspectivas amplias y generalizadas son m¨¢s propensas a omitir el conocimiento local, as¨ª como las dimensiones sociales y de g¨¦nero, y sus implicaciones. El an¨¢lisis social y de g¨¦nero realizado en el nivel m¨¢s bajo posible, con el fin de reflejar el contexto local, que incluye el suministro de agua de la comunidad y el nivel de las cuencas secundarias o de las cuencas hidrogr¨¢ficas peque?as, puede ayudar a comprender los problemas y las posibles repercusiones de las pol¨ªticas en los diferentes grupos de mujeres y hombres. Los suministros de agua de la comunidad, como los lagos naturales o artificiales, los estanques o los sistemas de riego, se utilizan para numerosos fines en la pesca, la agricultura, la jardiner¨ªa y la higiene personal.

Las recientes iniciativas normativas sobre la privatizaci¨®n del agua han destacado la importancia de los acuerdos de participaci¨®n en la financiaci¨®n de los gastos para los criterios basados en la demanda. En este sentido, los pagos efectuados por los usuarios para el suministro y el mantenimiento de las instalaciones de abastecimiento de agua est¨¢n concebidos para garantizar el compromiso de los usuarios de usarlos adecuadamente y proporcionarles un sentido de pertenencia sobre las instalaciones y los recursos del agua. El hecho de pagar por el agua tiene repercusiones en las cuestiones de g¨¦nero. En general, las personas m¨¢s pobres se encuentran en desventaja debido a los mecanismos de mercado y deben hacer frente a los altos costos de oportunidad que supone garantizar el acceso al agua en una econom¨ªa de mercado. Las mujeres pueden verse en excesiva desventaja, ya que obtienen salarios m¨¢s bajos por el trabajo remunerado, lo que incluye el trabajo ocasional, y tienen un menor control sobre los bienes productivos y el dinero en efectivo en el hogar, as¨ª como un acceso limitado a los mercados para la venta de sus productos.

Con frecuencia, los aranceles se basan en los ingresos familiares, de los cuales no necesariamente solo las mujeres tienen el control. La responsabilidad de las mujeres de pagar el agua utilizando sus propios recursos supone una carga a?adida a sus m¨²ltiples desventajas a la hora de generar ingresos. En algunos casos, el reconocimiento de las limitaciones de los ingresos y proyectos especifica que la comunidad deber¨ªa contribuir con su trabajo en lugar de con dinero en efectivo, partiendo del supuesto de que el trabajo es un recurso al alcance de todos, incluso de los m¨¢s pobres. Las mujeres pobres de las zonas rurales se enfrentan a verdaderas limitaciones a la hora de pagar en efectivo por el suministro de agua o al proporcionar mano de obra, debido a sus m¨²ltiples responsabilidades en las esferas de la producci¨®n y la reproducci¨®n. Los costos de oportunidad que supone renunciar al trabajo ocasional remunerado para contribuir al suministro de agua comunitario son altos.⁹

Para que la ordenaci¨®n de los recursos h¨ªdricos agr¨ªcolas permita abrir un camino hacia la igualdad entre los g¨¦neros, es necesario reconocer el papel de las mujeres como agricultoras y encargadas del riego, as¨ª como facilitar su acceso igualitario a los recursos productivos, los servicios y los espacios de toma de decisiones. Por tanto, resulta fundamental garantizar la incorporaci¨®n de las cuestiones de g¨¦nero en todos los procesos de gobernanza y toma de decisiones relacionados con la ordenaci¨®n de los recursos h¨ªdricos agr¨ªcolas. Esto deber¨ªa permitir:

• Reconocer a las mujeres como usuarios independientes del agua y permitirles disfrutar de derechos sobre el agua, con independencia de la propiedad de la tierra. Esto implica el fortalecimiento del liderazgo de las mujeres en las pol¨ªticas y las esferas de toma de decisiones relativas al agua, mediante el apoyo de su participaci¨®n en las instituciones encargadas de la gesti¨®n de los recursos h¨ªdricos, como las organizaciones de usuarios del agua, la reducci¨®n de las cuotas de afiliaci¨®n y la ampliaci¨®n de las competencias de los planes de riego para que reconozcan e incluyan los m¨²ltiples usos del agua.
• Aumentar la eficiencia de la gesti¨®n de los recursos h¨ªdricos y los alimentos, apoyar el papel de las mujeres como administradoras de los recursos h¨ªdricos, agricultoras y encargadas del riego y garantizar su empoderamiento sobre las cadenas de suministro del agua y los alimentos.
• Reducir la carga del trabajo no remunerado para las mujeres y las ni?as, asociado a la recogida del agua, la producci¨®n y elaboraci¨®n de alimentos, y el cuidado de otras personas, mediante el suministro de tecnolog¨ªas que permiten economizar mano de obra.
• Hacer frente a las m¨²ltiples discriminaciones de g¨¦nero a la hora de acceder y controlar recursos productivos como el agua, la tierra, los bienes y los servicios. Para ello, es necesario definir las restricciones que impiden a los diferentes grupos de mujeres disfrutar de acceso a los recursos h¨ªdricos, como los patrones sociales y de g¨¦nero y las relaciones de poder en la comunidad, y favorecer la eliminaci¨®n de estas limitaciones.
• Mejorar los servicios de abastecimiento de agua para cubrir las necesidades de los sectores m¨¢s pobres de la poblaci¨®n, introduciendo reformas que pongan el agua al alcance de las familias pobres de las zonas rurales y centr¨¢ndose en los hogares encabezados por mujeres.
• Proporcionar a las mujeres capacitaci¨®n t¨¦cnica para la gesti¨®n del agua, el riego, la recogida del agua de lluvia y otras tecnolog¨ªas de riego para peque?os agricultores.
• Establecer y hacer cumplir medidas e indicadores de rendici¨®n de cuentas, como auditor¨ªas de g¨¦nero, con el fin de promover el liderazgo de las mujeres en la ordenaci¨®n de los recursos h¨ªdricos agr¨ªcolas.
• Mejorar la capacidad de las partes interesadas pertinentes del gobierno, la sociedad civil y los asociados para el desarrollo a la hora de comprender y abordar las cuestiones de g¨¦nero en el ¨¢mbito de la ordenaci¨®n y la gobernanza de los recursos h¨ªdricos agr¨ªcolas.

?Notas

?1????????? Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos h¨ªdricos en el mundo (2012), ¡°Agua y G¨¦nero¡±, cap¨ªtulo 35.

2????????? Banco Mundial (2006), Reengaging in Agricultural Water Management: Challenges and Options.

3????????? FAO (2011), ¡°Cerrar la brecha de g¨¦nero en aras del desarrollo¡±, El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentaci¨®n: las mujeres en la agricultura 2010-2011.

4????????? Programa Conjunto OMS/UNICEF de Monitoreo del Abastecimiento de Agua y del Saneamiento (2010).

5????????? Extractos de ¡°Agua y G¨¦nero¡±, cap¨ªtulo 35, Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos h¨ªdricos en el mundo (2012).

6????????? ONU-Mujeres (2011), El Progreso de las Mujeres en el mundo: en busca de la justicia.

7????????? Informe del Secretario General: ¡°Evaluaci¨®n y examen decenal de la ejecuci¨®n del Programa de Acci¨®n de Bruselas en favor de los pa¨ªses menos adelantados para el decenio 2001-2010¡± (A/66/66).

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9????????? Extracto de La mujer y el agua, Naciones Unidas (2005).

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