Me despert¨®, en medio de la noche, un ruido sordo en el casco de nuestro barco. Corrimos hasta la cubierta y nos dimos cuenta de que est¨¢bamos rodeados de trozos de pl¨¢stico que flotaban en el oc¨¦ano. No ten¨ªa ning¨²n sentido. Est¨¢bamos a m¨¢s de 1.000 millas de la costa. Las personas m¨¢s pr¨®ximas a nosotros se encontraban en la Estaci¨®n Espacial Internacional, circulando en ¨®rbita sobre nuestras cabezas. Y sin embargo hab¨ªa evidencias de vida humana y basura a nuestro alrededor, en uno de los lugares m¨¢s remotos del planeta.

Acababa de terminar mis estudios universitarios y me dirig¨ªa hacia Australia cuando este incidente dio un giro a mi carrera: decid¨ª navegar por el mundo con la misi¨®n de conectar a las personas ¡ªcient¨ªficos y comunicadores¡ª con el oc¨¦ano, y estudiar todas las cuestiones relacionadas con el mar desde el Ecuador hasta los polos.

En el mar comprob¨¦ de primera mano el colapso de las pesquer¨ªas, la acumulaci¨®n de sustancias t¨®xicas en los organismos marinos, la dependencia de las comunidades insulares de alimentos envasados importados y el alcance de la contaminaci¨®n causada por los pl¨¢sticos. Nos detuvimos en peque?as islas y descubrimos que los lugare?os ya no pod¨ªan pescar para alimentar a sus familias porque los buques comerciales hab¨ªan provocado el colapso de sus pesquer¨ªas. Ya no pod¨ªan cultivar la tierra porque el aumento del nivel del mar la hab¨ªa hecho demasiado salada. Esto gener¨® la dependencia de los alimentos importados, que vienen envueltos y envasados en este extra?o nuevo material ¡ªel pl¨¢stico¡ª.

Sin ning¨²n sistema para tratar este tipo de residuos, la basura acaba en la playa y en el oc¨¦ano, o simplemente se quema. Todav¨ªa noto el olor nauseabundo del pl¨¢stico quemado. Cuando empec¨¦ a investigar qu¨¦ originaba aquel olor, descubr¨ª que algunos compuestos qu¨ªmicos ¡ªlas dioxinas¡ª que se forman durante la combusti¨®n incompleta de los desechos son sustancias carcin¨®genas que pueden ser absorbidas por nuestro organismo.

Y as¨ª, esta se convirti¨® en mi primera misi¨®n: eliminar la quema de pl¨¢stico en un grupo de islas en Tonga.

EL DESAF?O DE TONGA

En primer lugar se requer¨ªa un cambio de mentalidad. Cuando comenc¨¦ a aprender el idioma de Tonga, me di cuenta de que en estas islas del Pac¨ªfico Sur no hab¨ªa una palabra que se correspondiera con "contenedor de basura". El concepto de arrojar algo a un sistema administrado no exist¨ªa en esa cultura, ya que hasta hace poco nunca hab¨ªa sido necesario: los desechos org¨¢nicos pueden arrojarse al suelo sin ning¨²n problema. No solo hac¨ªan falta infraestructuras; era necesario un cambio de mentalidad respecto a este nuevo material inorg¨¢nico.

Seis meses de trabajo y ense?anza con la comunidad local culminaron en una colosal limpieza. Junto con 3.000 voluntarios locales, recogimos 56 toneladas de basura en solo 5 horas.

Esta cantidad de basura me dej¨® estupefacta. No solo recogimos lo que se produc¨ªa a nivel local, sino tambi¨¦n los desechos arrojados cada d¨ªa en las playas, incluidos productos con etiquetas escritas en lenguas que no reconoc¨ªa. Esto me llev¨® a hacer m¨¢s preguntas: ?de d¨®nde ven¨ªa este pl¨¢stico y por qu¨¦ terminaba en estas remotas islas del Pac¨ªfico?

Y as¨ª comenc¨¦ a informarme sobre c¨®mo utilizamos el pl¨¢stico.

EL PROBLEMA DEL DISE?O

Parece ser que, a nivel mundial, utilizamos casi 2 millones de bolsas de pl¨¢stico por minuto1. Esas bolsas se utilizan una vez, quiz¨¢s dos, tres veces a lo sumo. Despu¨¦s se tiran. El pl¨¢stico es un material incre¨ªble porque est¨¢ dise?ado para durar para siempre. Lo utilizamos para fabricar productos como bolsas y botellas de pl¨¢stico, dise?ados para un solo uso, que luego se desechan. Esta incongruencia entre la ciencia de los materiales y el dise?o del producto nos coloca en la situaci¨®n de generar grandes cantidades de residuos que ya no tienen ning¨²n uso o valor.

Bueno, vale, pens¨¦. ?No podemos, simplemente, reciclar todo ese pl¨¢stico? Pues no, aparentemente, no podemos. Menos del 10% del pl¨¢stico que se utiliza en los Estados Unidos de Am¨¦rica acaba recicl¨¢ndose2. Una visita a un centro de reciclaje me ense?¨® por qu¨¦ este porcentaje es tan bajo. "Pl¨¢stico" es un t¨¦rmino gen¨¦rico que engloba distintos materiales que tienen propiedades diferentes, y por tanto, diferentes estructuras qu¨ªmicas. Para reciclarlos, primero deben ser limpiados y separados, un proceso largo y costoso que por s¨ª solo consume enormes cantidades de energ¨ªa y agua. Tambi¨¦n hace falta que las personas est¨¦n dispuestas a pagar m¨¢s por los materiales reciclados en vez de optar por el pl¨¢stico virgen, m¨¢s barato.

Dado que no sabemos qu¨¦ hacer con todo el pl¨¢stico usado, no es de extra?ar que cada a?o se viertan toneladas ¡ªhasta 8 millones de toneladas m¨¦tricas¡ª en nuestros r¨ªos, v¨ªas navegables y oc¨¦anos.

Averig¨¹¨¦ d¨®nde va el pl¨¢stico cuando abandona el litoral, y c¨®mo se desplaza con las corrientes oce¨¢nicas hasta acabar acumul¨¢ndose en cinco puntos calientes, conocidos como los cinco giros oce¨¢nicos subtropicales. En el centro del giro (el gran sistema de corrientes giratorias), el oc¨¦ano est¨¢ en calma, y todo, ya se trate de residuos org¨¢nicos o de un trozo de pl¨¢stico, es atra¨ªdo hacia el centro. O¨ª hablar de "islas" flotantes de pl¨¢stico, pero cuanto m¨¢s me documentaba, m¨¢s cuenta me daba de lo poco que sabemos a nivel colectivo.

Y as¨ª, esta se convirti¨® en mi siguiente misi¨®n: navegar hasta estas zonas de acumulaci¨®n y descubrir lo que realmente exist¨ªa all¨ª.

LA MISI?N A LOS GIROS

Fuimos en busca de las islas de pl¨¢stico, de zonas donde pudi¨¦ramos recoger el pl¨¢stico y llevarlo de vuelta a la tierra para su reciclaje. Pero r¨¢pidamente nos dimos cuenta de que los trozos de pl¨¢stico eran m¨¢s peque?os de lo que esper¨¢bamos. Los residuos de pl¨¢stico no solo flotan en grandes balsas en la superficie. La luz ultravioleta los descompone en peque?os fragmentos. Algunos se hunden, y otros son ingeridos por los animales marinos4. En mis extensos viajes por el mundo he descubierto que el pl¨¢stico ha invadido todo el planeta, no solo los giros, sino desde los tr¨®picos hasta el ?rtico. Nuestros oc¨¦anos se han convertido en una verdadera sopa de fragmentos de pl¨¢stico.

El ojo humano no puede ver la mayor¨ªa de estos fragmentos desde la superficie, lo que hace que los mares se vean m¨¢s limpios de lo que realmente est¨¢n y que la limpieza a gran escala sea un desaf¨ªo enorme. Tuvimos que introducir una fina red en el agua para examinarlos m¨¢s de cerca. Cada vez que sac¨¢bamos la red, encontr¨¢bamos cientos de peque?os fragmentos de pl¨¢stico.

Cuando subimos las muestras a bordo, las analizamos. Me sorprendi¨® lo dif¨ªcil que era distinguir el pl¨¢stico del plancton. Me pregunt¨¦ c¨®mo pod¨ªan los peces diferenciar el pl¨¢stico de la comida. As¨ª que pescamos algunos peces y miramos dentro de su est¨®mago, solo para comprobar que tambi¨¦n conten¨ªa pl¨¢stico.

Esto plante¨® toda una nueva serie de preguntas. No solo nos preocupaban los efectos que la presencia f¨ªsica del pl¨¢stico pudiera tener sobre el medio ambiente, sino tambi¨¦n su impacto qu¨ªmico. Dado que el pl¨¢stico est¨¢ entrando en la cadena alimentaria, nuestra cadena alimentaria, ?podr¨ªa esto significar la entrada de sustancias t¨®xicas en nuestro organismo?

TENEMOS EL VENENO DENTRO

Decid¨ª hacerme un an¨¢lisis de sangre para averiguar qu¨¦ sustancias t¨®xicas ten¨ªa en mi organismo. Tras consultar con la campa?a "Planeta seguro" de las Naciones Unidas5, seleccionamos para su an¨¢lisis 35 sustancias qu¨ªmicas que est¨¢n prohibidas porque se sabe que son t¨®xicas para los humanos y para el medio ambiente. De las 35 sustancias qu¨ªmicas, encontramos 29 dentro de mi organismo.

A partir de ese momento, todo cambi¨® para m¨ª. Muchas veces, cuando hablamos de problemas ambientales, o¨ªmos cosas que est¨¢n sucediendo en alg¨²n otro lugar, que conciernen a otras personas o que se producir¨¢n en alg¨²n momento en el futuro. Parece, sin embargo, que todos tenemos ya una carga corporal, una huella qu¨ªmica de la que nunca podremos deshacernos. Y aunque la concentraci¨®n de sustancias qu¨ªmicas que tengo ahora dentro de m¨ª no es alarmantemente alta, s¨ª es un indicador escalofriante de la direcci¨®n que est¨¢ tomando nuestra sociedad.

LAS SOLUCIONES

"Si tuviera una hora para resolver un problema y mi vida dependiera de la soluci¨®n, dedicar¨ªa los primeros 55 minutos a decidir la pregunta correcta a realizar, porque, una vez que la supiera, podr¨ªa resolver el problema en menos de 5 minutos."

Albert Einstein

La exploraci¨®n, la comprensi¨®n y la educaci¨®n son clave para ayudarnos a averiguar c¨®mo recuperar la salud de los oc¨¦anos. Los problemas son complejos, pero cuanto m¨¢s tiempo paso en el mar, m¨¢s me doy cuenta de que las soluciones comienzan en tierra firme.

Hay formas de atacar el problema en cada fase, desde el origen hasta el oc¨¦ano y desde el dise?o de los productos hasta la gesti¨®n de los residuos. Pero para resolver estos problemas a largo plazo, debemos "cerrar el grifo". Tenemos que trabajar desde la fuente. Esta acci¨®n ascendente es necesaria en todos los sectores de la sociedad, trabajando con los dise?adores en la industria, los encargados de la formulaci¨®n de pol¨ªticas a nivel gubernamental y todos nosotros como consumidores individuales.

Si queremos seguir contando con el oc¨¦ano como fuente de alimentos, energ¨ªa, transporte y minerales para las generaciones venideras, tenemos que detener el flujo de desechos e idear formas m¨¢s sostenibles de utilizar este vital recurso. Como aprend¨ª en mi viaje, nos preocupamos m¨¢s por las cosas con las que nos sentimos conectados. Necesitamos urgentemente tomar m¨¢s conciencia de nuestro planeta azul para recuperar esa conexi¨®n y fomentar la acci¨®n.

Cuidamos lo que amamos. Solo podemos amar lo que conocemos.

Notas

1????? Earth Policy Institute, "Plastic bags fact sheet", Disponible en

(publicado en octubre de 2014).

2????? Gaelle Gourmelon, "Global plastic production rises, recycling lags", Worldwatch Institute, 28 de enero de 2015. Disponible en worldwatch.org/node/14576.

3????? Jenna R. Jambeck y otros, "Plastic waste inputs from land into the Ocean", Science, vol. 347, n¨²m. 6223 (13 de febrero de 2015), p¨¢gs. 768 a 771. Disponible en

4????? Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, "La ONU declara la guerra al pl¨¢stico en los oc¨¦anos", 23 de febrero de 2017. Disponible en .

5????? "Safe Planet: the United Nations Campaign for Responsibility on Hazardous Chemicals and Wastes", nota de antecedentes. Disponible en (consultado en abril de 2017).