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Desarrollo Económico

Aunque 2020 fue ha habido muchas historias de resiliencia humana, ingenio y creatividad. En este triste aniversario, el Banco Mundial no nos presenta proyectos multimillonarios, sino ejemplos del espíritu emprendedor y la innovación en el día a día que ocurren , tienen un gran impacto, y en los que el propio Grupo participa.

COVID-19 ha demostrado que la salud, el y la sostenibilidad medioambiental están vinculados.

La pandemia de ha supuesto un reto no sólo en nuestra vida cotidiana, sino también en la manera en que el Programa de la ONU para el Desarrollo () trabaja con sus socios y atiende a quienes más lo necesitan. Esta emergencia ha puesto a prueba la cooperación internacional y el que la sustenta, demostrando, de forma más patente que nunca, que debemos responder colectivamente y de manera más flexible e innovadora a los desafíos mundiales, hoy más complejos que nunca.

El Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) concibe y mide el progreso de forma diferente. En lugar de solo utilizar el producto interno bruto (PIB) como medida del desarrollo, clasifica a los países según su nivel de desarrollo humano: si las personas de cada país disfrutan de la libertad y la oportunidad de llevar la vida que desean. El   defiende que la y el empoderamiento de las personas pueden impulsar medidas para que vivamos en equilibrio con el planeta y en un mundo más justo.

Un estudio de la UNCTAD destaca varias medidas para ayudar a los pequeños agricultores del país a obtener una mayor proporción del valor de las exportaciones de maíz y respaldar los esfuerzos de reducción de la pobreza.

El impacto económico y social causado por la COVID-19 se está agravando; pérdidas de puestos de trabajo, quiebras, el enorme impacto en la pequeña y media empresa, la contracción del PIB, cambios en el comportamiento del consumidor. Una serie de repercusiones que se hacen más evidentes a medida que la pandemia se prolonga. Para amortiguar el daño que esta situación está causando, a muchos países a introducir cambios que garanticen una transición justa y equitativa hacia una economía limpia. ¿Pero cómo? Mediante la revisión de la gobernanza, la protección social y el fomento de lo digital.

ú a medida que la COVID-19 y la crisis económica continúan propagándose, se proyecta que la cantidad de dinero que los trabajadores migrantes enviaran a casa (las remesas) disminuirá un 14 por ciento en 2021 en comparación con 2019. Los factores que impulsan esta disminución incluyen un débil crecimiento económico y bajo nivel de empleo en los países de acogida, la debilidad de los precios del petróleo,  y la depreciación de las monedas de los países emisores de remesas frente al dólar estadounidense.

El advierte que, ante una profunda recesión mundial en medio de una pandemia aún no controlada, el mundo necesita una acción pública coordinada para asegurar una recuperación económica aceptable.

woman at sewing machine with child on her back

El 28 de mayo de 2020, Canadá, Jamaica y el Secretario General convocaron un Evento de Alto Nivel para unir fuerzas con Jefes de Estado y de Gobierno, organizaciones internacionales y otros socios clave a fin de buscar soluciones financieras ante la emergencia de la COVID-19. Ahora toca el momento de evaluar y actuar, por lo que el 29 de septiembre se llevará a cabo una reunión de seguimiento para considerar el menú de opciones políticas desarrolladas los últimos cuatro meses con la ambición de apoyar los esfuerzos de los Estados Miembros para responder y recuperarse de la actual crisis mundial.

La OMT celebra este año el tema "" en su Día Mundial del Turismo 2020. Y es que este sector puede ser un empleador líder para impulsar la recuperación en el medio rural. 

La próxima fase de la a la crisis desatada por el COVID-19 está pensada para ayudar a los responsables de adoptar medidas a mirar más allá d

Por primera vez que se recuerde, se prevé que el crecimiento de Asia se contraiga un 1,6%, una revisión a la baja respecto de la proyección de crecimiento cero de abril. Las de la mayoría de los países de la región han empeorado debido al debilitamiento de las condiciones mundiales y al prolongamiento de las medidas de contención en varias economías emergentes.

Diversos países se preparan para salir del confinamiento y relanzar la actividad económica. Las políticas orientadas exclusivamente a la oferta no serán suficientes para garantizar la transición hacia la nueva normalidad. Hay que también fortalecer la demanda y dinamizar los mercados internos, además de atenuar la pérdida de empleos y de capacidades productivas de las empresas, sobre todo de las pymes. Este artículos presenta intervenciones posibles para transformar el sector en un motor de innovación y crecimiento.

Sin precedentes y de alcance mundial, la crisis afecta tanto a las economías avanzadas como las de los mercados emergentes, que estarán en recesión en 2020. La crisis del Gran Confinamiento es muy distinta a otras: ha asestado un golpe particularmente fuerte al sector de los servicios, la inflación en general ha caído, y los indicadores financieros divergen de la economía real. La recuperación está cargada de incertidumbre y una pieza clave será la producción y distribución de la vacuna.

 

Desde que se informó por primera vez del brote de COVID-19 en Wuhan, China, a fines de diciembre de 2019, la enfermedad se ha extendido a más de 200 países y territorios. Al no existir una vacuna o tratamiento eficaz, los gobiernos de todo el mundo han respondido aplicando medidas de contención y mitigación sin precedentes—. Esto, ha provocado grandes pérdidas económicas y una contracción de la actividad económica mundial. Pero, ¿han funcionado estas medidas?