El mundo se enfrenta a una amenaza sin precedentes. 

La pandemia de COVID-19 ha cubierto r¨¢pidamente el planeta, propagando el sufrimiento, trastocando miles de millones de vidas y poniendo en peligro la econom¨ªa mundial. 

El COVID-19 est¨¢ amenazando a toda la humanidad, y la humanidad entera tiene que plantarle cara. No basta con la respuesta individual de cada pa¨ªs.

Los pa¨ªses ricos que disponen de sistemas de salud fuertes est¨¢n vacilando bajo la presi¨®n.

Ahora, el virus est¨¢ llegando a pa¨ªses donde ya se viven crisis humanitarias causadas por los conflictos, los desastres naturales y el cambio clim¨¢tico. 

Se trata de lugares en los que la gente, que se ha visto obligada a huir de sus hogares por las bombas, la violencia o las inundaciones, vive bajo cubiertas de pl¨¢stico en los campos, o hacinada en campos de refugiados o asentamientos informales. 

Esas personas no tienen un hogar en el que puedan practicar el aislamiento social o aislarse. 

Les falta agua limpia y jab¨®n para realizar el acto m¨¢s b¨¢sico de protecci¨®n personal contra el virus: lavarse las manos.

Si se enferman de gravedad, no tienen forma de acceder a un sistema de salud que pueda ofrecerles una cama de hospital y un ventilador. 

Tenemos que acudir en ayuda de las personas extremadamente vulnerables, de los millones y millones de personas con menos capacidad para protegerse a s¨ª mismos. 

Es una cuesti¨®n b¨¢sica de solidaridad humana. 

Tambi¨¦n es crucial para combatir el virus.

La fuerza del mundo ser¨¢ la que tenga el sistema de salud m¨¢s d¨¦bil. Si no tomamos medidas decisivas en este mismo instante, me temo que el virus cobrar¨¢ arraigo en los pa¨ªses m¨¢s fr¨¢giles y todo el mundo ser¨¢ vulnerable a medida que contin¨²a su marcha alrededor del planeta, sin tener en cuenta las fronteras.

Es el momento de dar un paso al frente por quienes son vulnerables.

Las personas de edad avanzada las personas con discapacidad y las personas con enfermedades cr¨®nicas se enfrentan a un riesgo especial y desmesurado y requieren que se haga el m¨¢ximo esfuerzo para salvar sus vidas y proteger su futuro.

Tambi¨¦n somos conscientes de que la crisis est¨¢ teniendo un fuerte impacto en las mujeres de todo el mundo, desde muchos puntos de vista, en particular en lo que respecta a la p¨¦rdida de medios de subsistencia, el aumento de la carga de trabajo de cuidados no remunerado y la mayor exposici¨®n a la violencia dom¨¦stica.

Hoy presentamos un plan mundial de respuesta humanitaria de dos mil millones de d¨®lares para financiar la lucha contra el COVID-19 en los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo.

En este plan interinstitucional, coordinado por la Oficina de Coordinaci¨®n de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, se aglutinan los llamamientos existentes de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y otros asociados de las Naciones Unidas y se establecen tambi¨¦n nuevas necesidades. 

Si se financia adecuadamente, el plan salvar¨¢ muchas vidas y dotar¨¢ a los organismos humanitarios y a las ONG de suministros de laboratorio para hacer pruebas, y de equipo m¨¦dico para tratar a los enfermos, protegiendo al mismo tiempo a los trabajadores de la salud. 

El plan tambi¨¦n incluye medidas adicionales para apoyar a las comunidades de acogida que siguen abriendo generosamente sus hogares y sus ciudades a los refugiados y las personas desplazadas.

Tenemos que actuar ahora para frenar el impacto del COVID-19 en entornos humanitarios ya de por s¨ª vulnerables.

Asimismo, hay que mantener el apoyo a los planes de respuesta humanitaria existentes, de los que dependen 100 millones de personas. 

El desv¨ªo de esos fondos podr¨ªa acarrear consecuencias catastr¨®ficas, como una mayor propagaci¨®n del c¨®lera, el sarampi¨®n y la meningitis, mayores niveles de malnutrici¨®n infantil y el menoscabo de la capacidad de esos pa¨ªses para combatir el virus. 

Hagamos todo lo posible para evitar que el COVID-19 cause estragos en lugares donde la capacidad de la atenci¨®n sanitaria y la resiliencia son limitadas. 

Al mismo tiempo, estamos haciendo todo lo posible por planificar y ofrecer una respuesta que permita la pronta recuperaci¨®n en los pa¨ªses de todo el mundo que m¨¢s lo necesiten, de modo que logremos una nueva econom¨ªa sostenible e inclusiva en la que no se deje a nadie atr¨¢s. He pedido a los Coordinadores Residentes de las Naciones Unidas y a los equipos de las Naciones Unidas en los pa¨ªses que presten apoyo a los pa¨ªses de todo el mundo para hacer frente a las consecuencias socioecon¨®micas de esta pandemia, lo que requerir¨¢ un mecanismo de financiaci¨®n adecuado. 

El apoyo a este plan de respuesta humanitaria es imprescindible para la seguridad sanitaria mundial. 

Es un imperativo moral que redunda en inter¨¦s de todos. 

Tambi¨¦n es un paso crucial para ganar esta batalla.

Hago un llamamiento a los Gobiernos para que le presten todo su apoyo.

Gracias. 

 

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